El artículo se propone mostrar la originalidad del pensamiento kierkegaardiano en el análisis existencial de las nociones de tiempo y eternidad. Ambas categorías espirituales –determinantes de la realidad del yo como sujeto singular existente– son abordadas por S. Kierkegaard en función del instante de la decisión libre, en el cual lo temporal y lo eterno se implican y se sostienen mutuamente. El instante constituye la presencia total de una acción absoluta, ejercida en la trascendencia y prolongada en el tiempo. En el instante, la eternidad asume el carácter concreto de la existencia humana y el devenir libre queda cualificado como historia personal. Este presente absoluto, que es presencia y realidad plena, expresa así la contemporaneidad del yo consigo mismo, con el Otro y los otros.