MARIA LUISA PFEIFFER Una de las expresiones mas claras de este conflicto critico son los planteos acerca del otro y lo otro. Mas alla del propésito de reconocerlo, respetatlo, valorarlo, 1a experiencia del otro y de lo otro es siempre conflictiva, sobre todo cuando es auténticamente un otro. Tradicionalmente, tanto en la filosofia occidental como en otros tipos de pensamiento, la referencia al otro se da desde una logica de lo idéntico. Esta actitud anula la discusion pero sacrifica al otro en aras del mismo. En occidente, la filosofia ha permitido la expresion del conflicto. Por un lado, 1a logica asociada al principio de identidad, ha posibilitado pensar al pro- greso como asimilacion de lo extrafio desde un ideal universalista y globaliza- dor, generando la posibilidad de la historia y la ciencia, pero por otro lado tanto la metafisica como la politica, st bien han reconocido las diferencias, han buscado allanarlas desde esa misma logica unificadora. St los primeros han sometido lo que hay, el tempo y el espacio, a leyes, es decir, han sujetado lo desconocido a una razon preponderantemente cientifica ejercida por un suje- to; ha habido a lo largo de los tiempos pensadores que han alentado, incluso aceptando al sujeto, lo contrario: han convalidado el misterio, lo irracional, la anarquia, el individualismo, el escepticismo, el pragmatismo; respuestas al problema del otro que rechazan toda unificacion subrayando el valor de lo diverso, de lo diferente, de lo nuevo, lo instantaneo, lo irracional. Para autores como Cacciart, la historia europea se ha movido entre respuestas que van de un extremo a otro resolviendo la cuestién, “en un espacio jerarquicamente ordenado, o en mdividualidades mnhospitas, ‘idiotas’, incapaces de buscarse y reclamarse, en partes que nada tienen para repartir entre si”.! En la actualidad vivimos en uno de los extremos del péndulo. Se dan asi una serie de planteos criticos al universalismo, la racionalidad y el absoluto que son generadores de corrientes de pensamiento autodenominadas posmodernas porque buscan tener vigencia después de las certezas de la modernidad. El eje de giro de estas filosofias, mas alla de su exacerbado criticismo, es la cuestion del sujeto. Todos tenemos claro que es en la modernidad donde el sujeto se afianza y va adquirtendo dimension fundante para el pensamiento, al punto que todo planteo filoséfico se convierte en una dilucidacion sobre éste. Desde el mtuitivo y poco fundamentado yo cartestano hasta el existencialismo, el sujeto fue adquirtendo dimensiones cada vez mas importantes, sobre todo asociado al concepto de mdividuo. St bien los posmodernos y algunos que no lo son plantean el problema, estan lejos de superarlo. Por el contrario, lo que 1 Mastmo Cacciart, E/ archipiélago. Figuras del otro en occidente (Buenos Aires: EUDEBA, 1999), 7. 48 Enfogues XX, 1-2 (2008): 47-72