MARIA LUISA PFEIFFER festacion de distintos niveles de fuerza, implica reconocer que existe una espe- cte de jerarquia “natural” entre los hombres, generada por la diferente distri- bucion del poder. “Vivir es esencialmente apropiarse, hertr, subyugar al ex- tranjero y al débil, oprimitlo, ser duro, imponerle nuestras formas propias, incorporarlo y por lo menos explotarlo”.st Esto no suena a abandonar el do- minio sino mas bien ponerlo en practica: no como decision subjetiva sino como e¢jercicio de la voluntad de poder como obediencia al instinto. Es intere- sante ver los dos caracteres que asume la voluntad de poder en la propuesta nictzscheana: el de hip6tesis heuristica en cuanto ayuda a descifrar una serie de fendmenos y desenmascara al nthilismo y el de hipotesis sistematica, muy a pesar de Nietzsche, en que los fenémenos son mcorporados y ordenados en un todo. “Voluntad de poder” viene a significar dinamica contra estatica; primacia del llegar a ser frente al ser; conocer como hacer (“interpretar”) fren- te al pastvo recibir o representar; abandonar toda seguridad y tomar parte en el juego universal contra un criterio rigido; conocer como cuestion del animo y no meramente de la capacidad intelectual y dominar como ejercicio de fuerza. Esta pluralidad dinamica de la voluntad de poder que constituye la realidad del mundo en su juego irreductible, pone en accion no tanto la voluntad como el poder, el poder querer. A lo largo de su obra y de sus constantes revisiones y recomienzos, esta voluntad que es poder se erige como constitutivo de lo humano; ella es, segin Nietzsche: “Uno de los tres hechos interiores: el espiri- tu, el yo y la voluntad”.e* De los dos términos de la férmula Wille sur Macht, voluntad y poder, en realidad la que cuenta es la potencia que no es ciega, irracional, subjetiva, caprichosa, como podria suponerse. La potencia, el po- der, esta en relacion directa con la verdad, que es una forma de la voluntad de poder y por ello no es ninguna forma de conocimiento. Lo que unifica el mundo no es el conocimiento sino la voluntad de poder. ¢Donde encontramos al cuerpo en este juego progresivo de la voluntad de poder consigo misma? ¢Es para Nietzsche el cuerpo, como lo es para Mer- 61 Nietzsche, Jenseits von Got und Bise, en Werke, 12: 759. Este texto es completado con una reflexion sobre la explotacion en que afirma que “no es el resultado de una sociedad corrup- ta o imperfecta y primitiva, es inherente a la esencia del viviente como su funcidén organica fundamental, ella es una consecuencia de su propia voluntad de poder”. 02 Ver W. Muller-Lauter, Nietzsche. Seine Philosophie der Gegenscitze und die Gegensitse seiner Philosop- hie (Berlin: New York, 1971), especialmente el cap. 1. Del mismo autor “Nietzsches Lehre vom Willen zur Macht”, en Nietzsche Studien, n° 3 (1974): 1. Aqui establece su interpretacion de la pluralidad dinamica de la voluntad de poder que constituye la realidad del mundo en su juego irreductible. 03 Nietzsche, Gotgen-Démmernng, en Werke, T 2: 973. 66 Enfogues XX, 1-2 (2008): 47-72