BIBLIOGRAFIA Y CONGRESOS desaparecer el sentido ético-religioso de la solidaridad para con el promo la exhortacion wesleyana quedo, ciertamente, desprovista de su sentido original aun cuando conservara un impulso analogo al de la mentalidad capitalista. Esta nueva relacion del hombre con el trabajo y el dmero ha de ser interpretada en el contexto de la modernidad, en la cual el individuo y sus acciones son entendidos desde una 6ptica radicalmente diversa de la antigua y medieval. Sin embargo, no es posible aseverar que haya una relacion claramente causal entre la ética protestante y el capitalismo moderno. El propio Weber relativiza a veces la idea de una vinculacion directa entre ambos y se expresa en términos de influencias. Para decirlo con A. Gouldner: “Weber sostenia que el sistema econdémico de Europa occidental, el capitalismo, era la consecuencia no prevista de la conformidad con la ética protestante”. Por otro lado, es un hecho que existen matices entre las diversas direcciones del protestantismo y sus dertvaciones ascéticas. Asi, por ejemplo, entre Lutero, Calvino y Wesley existen divergencias no menores. Por lo demas, Daros estima criticable que Weber no haya acentuado suficientemente que la mfluencia del protestantismo sobre el capitalismo en todo caso no se llevé a cabo sino a costa de una ruptura o separacion de los valores religiosos, “ruptura que es la causante principal del surgimiento del capitalismo moderno, generador de su propia logica moral intramundana” (55), basada en el utilitarismo y el lucro. En este contexto, dice Daros, no resulta extrafio que la economia estableciera sus propias leyes autdnomamente. Las condiciones economicas de la existencia tienen, ahora, un caracter accesible al calculo y a la prevision de un actuar racional con arreglo a fines solo intramundanos. Desde esta perspectiva —prosigue el autor— es imposible derivar directamente de la ética protestante la ética del capitalismo, pero si iudirectamente —como algo no querido por los reformadores religiosos—; porque cabe aceptar que los ideales del trabajo, del estuerzo y del ahorro contribuyeron a crear la ética capitalista y un clima de mutua confianza en los negocios, sin cuyos ideales no hubiese sido posible el surgimiento del capitalismo moderno en Occidente (91). Daros, sin embargo, no oculta aspectos criticos con relacion al planteamiento de Weber. Si bien el socidlogo aleman ha aportado cierta explicacion del “espiritu del capitalismo” cuyo surgimiento probablemente no seria comprensible solo en términos de la mera acumulacién de fuentes y medios de produccion, no obstante, ha carecido de una sélida experiencia de campo, trabajando, en cambio, a partir de una extensisima bibliografia y con la ayuda de métodos estadisticos. Por otra parte, segun el autor, resulta conveniente tener en cuenta que Werner Sombart, contemporanco de Weber, considerdé que éste habia exagerado la importancia de la ética protestante en la explicacion del Enfoques XVIII, 1-2 (2006) 161